Datos personales

martes, 24 de enero de 2012

Cuba; la vía Estigia.




Por Mirta Balea

En la Grecia clásica y en la República de Roma, los líderes militares eran conocidos como strategoi, en el primer caso, y consules, en el segundo, y oficiaban tanto en la guerra como en la paz. Los romanos tenían también un dictator, elegido por seis meses con autoridad absoluta. De este elemento  concebido con carácter temporal, han venido surgiendo en la historia aquellos personajes, que se han convertido a la fuerza en cabeza visible de una nación sojuzgada, obligándola, a su pesar, a entrar en una vía Estigia.



Cuba ha ido convirtiéndose en esa oceánide, hija de Erebo, el de las tinieblas, y de Nix, la de la noche, y que personifica en los mitos griegos a un río del Hades o inframundo y el límite entre los vivos y los muertos. Los hermanos Castro son los fantasmas errantes, que intentan llevarse también a los que han sobrevivido, dentro o fuera de las fronteras insulares. En esa aura de mundo perdido, se escuchan, por suerte, las voces disidentes, que se niegan a ser lanzadas a la nada.



El opositor Wilman Villar Mendoza, después de 50 días de huelga, ha muerto recientemente en La Habana, como antes ocurriera con Orlando Zapata Tamayo. En España, una parte del exilio cubano lo ha llorado a su manera con una manifestación de repudio ante la embajada de los Castro,  el pasado domingo, sin la esperanza de la resurrección, pero con el deseo de mover conciencias.



El régimen de La Habana se había acostumbrado a los apoyos explícitos del Gobierno socialista de José Luis Rodriguez Zapatero, así que ha reaccionado airadamente a las contundentes declaraciones del ministro de Relaciones Exteriores, José Manuel García-Margallo,  del nuevo gabinete del popular Mariano Rajoy. El jefe de la diplomacía ha instado a La Habana a liberar a todos los presos políticos, a garantizar los derechos humanos y las libertades fundamentales y a permitir la libre expresión de todas las ideas.



Más prístino ni el agua. Todos los cubanos en España aguardaban por este cambio político cuando el Partido Popular venció en las elecciones presidenciales del 20 de noviembre pasado. Ni una sola vez había desmayado en su denuncia del régimen en todos estos años. La muerte de Villar ha dado ocasión de dejar las cosas en su sitio: No más fotos de familia con los dirigentes y los acólitos de la dictadura como ocurría en las dos anteriores legislaturas.



La foto del día es la de Villar y, en blanco y negro, las frases de García-Margallo, apoyado por la vice-presidenta Soraya Sáenz de Santamaría. Como cabía, la respuesta no se ha hecho esperar a pesar que el pulmón humano no puede estirarse por su falta de elasticidad, y el régimen ha soltado una retahíla de incongruencias propias del intocable que pretende ser Brahman e incluso ha puesto algo más de su cosecha, negarle al fallecido su condición de opositor, como antes pretendió hacer también con Zapata.



Quienes han tenido ocasión de vivir bajo gobiernos como los de Cuba, China o las otroras naciones de Europa del Este, saben que los insultos oficiales a sus víctimas y a los defensores de éstas se hallan en el orden del día. "Es insólito que el Gobierno de España emprenda esta campaña cuando tiene a la mitad de sus jóvenes en paro y una alta tasa de asesinatos y violencia contra las mujeres", han dicho desde La Habana.



Traducido, por si no lo han entendido, según esa lógica aplastante de un cerebro convertido en esquivo fragmento de plasma, las naciones que tienen desempleo o en las que hay periódicos en condiciones de hablar de la violencia de género, deben abstenerse de criticar a Cuba, como si ésta no tuviera los mismos problemas.



Hay buenas razones para creer que esta incursión española podría traer importantes consecuencias para La Habana y de ahí el enfado tan colosal, que ni siquiera les ha permitido elaborar un pronunciamiento moderadamente razonado.



Europa ha condicionado históricamente cualquier resolución o reclamo hacia Cuba a la opinión del Gobierno español de turno. Durante la etapa del  presidente José María Aznar, entonces a la cabeza del PP, se logró una Posición Común de la Unión Europea (UE) por la que no se abrirían las puertas a la dictadura hasta que no diera pasos concretos y firmes hacia una apertura democrática y de respeto a los Derechos Humanos.



Durante las legislaturas de Zapatero, esta política dió un vuelco esencial, en un intento por conmutar la pena a los Castro, empujando a la UE a mantener en vilo la ratificación de esa Posición Común que debió hacerse hace casi dos años. Hubo mucho pulso para lograr esto por parte de los dos ministros de Relaciones Exteriores del Ejecutivo socialista: primero, Miguel Angel Moratinos, y, después, Trinidad Jiménez. Con Rajoy, esto debería cambiar en el futuro cuando se aborde el tema cubano en los estamentos comunitarios europeos.



Durante 62 años, la dictadura en Cuba ha fracasado estrepitosamente en proporcionar al país un mínimo de libertades, le ha negado el acceso a medios de prensa independientes y nunca le ha dado bienestar material o social y, sistemáticamente, se ha saltado a la torera todo el catálogo de Derechos Humanos, aprobado en la Declaración Universal de las Naciones Unidas.



Fidel Castro ha dicho que Cuba es una democracia no representativa. La democracia, sin embargo, es representación, división de poderes y elección del Gobierno por el pueblo. Su ADN original e inequívoco es la libertad política y el Parlamento, a donde van a parar los escogidos por el voto popular, resulta la voz del cuerpo electoral y no una caja de resonancia del sistema de poder.



Nunca puede resultar más importante que los hechos, la percepción subjetiva de los mismos, de manera que cualquier poder público carece de legitimidad si no se somete al respeto de los derechos naturales, que son los del ser humano, anteriores y muy superiores a cualquier Gobierno.



El régimen tendrá que enterarse que no se compra la conciencia mundial con un amago de reformas, saltándose lo esencial; la forma de poder basada en el liderazgo del Partido Comunista (PCC), el único al que se le permite existir. Ante el pavoroso fracaso económico, político y social del sistema - lo que había quedado claro ya con la caída de la Unión Soviética y de los gobiernos satélites de Europa del Este-, el achacoso Gobierno de los hermanos Castro se ha permitido hacer creer que puede actualizar el fraudulento socialismo.



Cuba es hoy más de lo mismo. Sigue habiendo economía planificada, aunque se repartan licencias de trabajo no estatal; siguen sin cambiarse la leyes en lo que han pretendido hacer pasar por un reciclaje válido para el socialismo. Los cargos del PCC  siguen asumiendo funciones estatales y no se vislumbran modificaciones en la ley de leyes para separar, como demanda la democracia, a la organización política de las funciones del Estado. Contemplar como positivo que tal poder se desempeñe en dos mandatos con un máximo de 10 años a nadie engaña, aunque le ha servido al régimen y sus voceros para vender "la vaca" de los cambios.



La realidad es que los cubanos siguen acudiendo a votar en las municipales las propuestas del partido único, los comicios continúan siendo un hueso tirado a la sociedad para que crea que de verdad decide. Nadie ha sabido nunca de qué manera podrá lidiar con los problemas de una economía ruinosa el candidato elegido, porque nada está sujeto a debate ni los electores tienen derecho a tener encuentros con la clase política.



El dramaturgo Bertold Brecht solía decir que los malos tiempos son aquellos en los que hay que defender lo evidente, entiéndase, en este caso, la carencia de libertades y derechos de la población y los asesinatos disfrazados de los opositores en la mayor de las Antillas.

Enlazar con http://lasnoticiasdemirta.blogspot.com/2011/08/cuba-los-fantasmas-de-la-decrepitud.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario