España: balón de oxígeno del BCE

Mario Dragui

Por Mirta Balea


España, que ha tenido más quid que pro quo de parte de la Unión Europea (UE), ha recibido un balón de oxígeno del Banco Central Europeo (BCE), dispuesto a comprar deuda sin límites en el mercado secundario, con lo que las puertas se han abierto a la obtención de financiación a tipos de interés razonables.




La iniciativa del presidente del BCE, Mario Dragui, se conoce desde hace meses, durante los cuales ha debido enfrentar el inamovible rechazo de Alemania, en principio secundada por Finlandia, Holanda, y Austria, temorosos de que esto propiciara la desaceleración de las reformas económicas y recortes del gasto público.




Los 17 miembros del Consejo de la entidad bancaria central de la UE decidieron este jueves apoyar el plan, que no solo beneficia a España, sino también a Italia. La condición impuesta es que no se trate de un rescate encubierto, sino de uno en toda regla. Madrid deberá cumplir con la formalidad de pedirlo oficialmente a Bruselas.



Para llevar a efecto las adquisiciones ilimitadas de deuda pública de los países necesitados, el BCE ha creado un mecanismo llamado Transacciones Monetarias Directas, que es el que exige el trámite del rescate para obligar a una monetarización de las finanzas. El banco central tiene prohibido adquirir deuda de forma directa de los países, así que lo hará en el mercado secundario, con los bonos emitidos.




España tendría en este marco dos opciones: pedir un rescate total al modo de los ya otorgados a Grecia, Portugal e Irlanda o solicitar un crédito preventivo. Era lo que venía gestionando el presidente Mariano Rajoy con sus socios europeos, a manera de crédito blando, desde la cumbre en Bruselas de junio pasado.



La visita a Madrid la pasada semana del presidente francés Francois Hollande, previa a la que tuvo lugar ayer por la canciller alemana Angela Merkel, se enmarca en estas gestiones. Francia, la segunda potencia europea y cuarta mundial, dio un espaldarazo a Rajoy al apoyar sin fisuras su cruzada de que el BCE tenga una mayor implicación en los problemas de la deuda, acercándolos a la política monetaria del organismo. Algunos especialistas creen que el paso dado en Francfort propiciará una integración financiera en Europa.




Dragui se ha mostrado muy claro en su filosofía sobre el BCE dentro de las excepcionales condiciones de la actual crisis. Considera que las altas primas de riesgo y la fragmentación financiera de la zona euro han impedido el correcto funcionamiento de la política monetaria, que es y sigue siendo la principal función de la entidad bancaria que preside, conforme a las normas fijadas en el Tratado de Lisboa.




Se aprecia la mano del presidente del Bundesbank, Jens Weidman, en cuanto a que los países que se beneficien con la compra de bonos estarán fuertemente controlados por la troika integrada por el BCE, el Fondo Monetario Internacional y el Consejo de Europa, que son los que aportan el dinero al fondo de rescate temporal, en funcionamiento en la actualidad, y al previsto en el futuro con carácter permanente.



Se trata que los países que reciban el rescate no se relajen y sigan adelante con sus reformas fiscales y estructurales, que han impresionado a Merkel, según sus propias palabras, en el caso de España, si bien Alemania no ha movido ficha para paliar la situación de que un país como España tenga que pagar hasta un 7% de interes por la venta de sus títulos de deuda, mientras otros, como es el caso alemán, lo hagan casi a un 0%.

Merkel y Rajoy en Madrid.

El Bundesbank ha librado un comunicado sobre su voto en contra en el Consejo del BCE. Considera que el plan se acerca demasiado a una financiaciación directa de los Estados, aunque pasó de puntillas sobre una eventual dimisión de Weidman, anunciada por éste la pasada semana si era aprobada la adquisición de bonos por el organismo. Tan pronto se conoció este resultado, Merkel conminó a Rajoy a continuar las reformas, durante su encuentro en Madrid.




Otra de las reticencias de Alemania estaba en que la medida repercutiera negativamente en la inflación de la eurozona, pero Bloomberg ha descartado tal posibilidad en un diagnóstico sobre la moneda disponible. La agencia, ocupada en informar sobre asuntos financieros, comerciales y económicos y que tiene un reconocido prestigio, ha dicho que el BCE no tendrá que imprimir más dinero porque la reserva del sistema, estimada en 750.000 millones de euros, resultará suficiente.



Esta afirmación echa por tierra argumentos del Bundesbank en cuanto a que el plan de Dragui no solo traería más inflación sino que haría subir los precios. El BCE se apresuró a informar que estos se mantendrán en lo que queda de año por encima de un 2%, pero comenzarán a bajar en el transcurso del 2013 hasta alcanzar una estabilidad. Garantizar esto figura en el mandato del organismo bancario europeo.



El BCE se ha guardado la opción de revender los títulos comprados a los Estados si incumplen con los objetivos marcados por Bruselas en materia fiscal.



El Foro Económico Mundial considera que España está entre los 15 primeros países, de 144, en cuanto a estructuras económicas, tamaño del mercado y elevado porcentaje de matriculaciones en las universidades, pero la deuda, las cuentas públicas y el grado de acceso de las empresas a la financiación la sitúan en los lugares 135, 112 y 122, respectivamente.




El presidente del Consejo de Europa, Herman van Rompuy, ha reconocido en ese mismo foro que la crisis no es solo la suma de los problemas de los países en particular, sino también el resultado de deficiencias en la arquitectura de la unión monetaria y económica de la UE.



España ha comprendido hace tiempo que no puede financiarse sola en el mercado de la deuda, pero el gobierno de Rajoy no ha estado dispuesto a pedir un rescate a cualquier precio, así que el plan de Dragui y su sentencia de que hará "todo lo necesario para asegurar la permanencia del euro" han sido suficientes para dar un respiro a los bonos españoles cotizados y persuadir al país a buscar ayuda afuera.