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martes, 16 de octubre de 2012

Cuba: sentencia en el caso Carromero






Por Mirta  Balea




Habemus sententia. Un tribunal de Cuba ha impuesto cuatro años de cárcel por homicidio involuntario al joven español Angel Carromero, responsable, según el diario Granma, de la muerte de dos personas durante la colisión del vehículo que conducía al salirse de la carretera y, también, de "actividades subversivas", junto al sueco, Aron Modig, que le acompañaba en el viaje.




A quienes se quejan de la decadencia de los cuentos de hadas, les aconsejo una atenta lectura y análisis de los pormenores sobre el accidente ocurrido el pasado 22 de julio, en el que perdieron la vida Oswaldo Payá, líder del Movimiento Cristiano de Liberación, y su colega Harold Cepero, cuando viajaban a Bayamo, en el oriente de la isla, acompañados por Carromero y Modig.




Payá fue el promotor del llamado proyecto Varela, presentado en 2002 ante el parlamento cubano con el aval de miles de firmas y que contenía la propuesta de un referendo  para una transición democrática y pacífica en la isla. Ese mismo año, el parlamento europeo le concedió el premio Sájarov a los Derechos Humanos y la Libertad de Pensamiento en reconocimiento a su lucha pacífica a favor del tránsito a la democracia en Cuba.




El fiscal, que pedía siete años para Carromero, achacó el accidente a un "exceso de velocidad", pero familiares de Payá aseguran que habrían sido acosados por otro vehículo en plena carretera en el que presumiblemente viajarían agentes de la Seguridad del Estado, que vigilan constantemente tanto a los más connotados disidentes cubanos como a quienes les visitan por solidaridad. Con posterioridad, el condenado aseguró ante las cámaras de televisión que había perdido el control y que no había ningún automóvil tras ellos.




Si nos atenemos al desmentido, tendremos la mitad de la historia, que como en un "Informe pelícano", nos muestra que la estrategia del Partido Popular (PP) ha estado centrada en todo momento en traer a España al líder de su organización juvenil Nuevas Generaciones. Ignoro si ha sido cómplice necesario de los caciques de la isla para tapar vergüenzas y acaparar publicidad envueltos en una bandera.




Tenemos primero una entrevista el pasado 27 de septiembre,  en Nueva York, entre los ministros de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, y España, José Manuel García-Margallo, en la que, según la prensa española, la parte española abogó porque se rebajaran los cargos contra Carromero, pues en aquel momento el PP se temía lo peor, y por una eventual repatriación.




La gestión, a tenor de la sentencia, parece haber alcanzado el resultado deseado. Pero, y si, ateniéndonos a los antecedentes negociaciadores del régimen cubano - por lo general con un sustrato de toma y daca- se trató además que la embajada española no invitase a ningún disidente a la tradicional recepción por la Fiesta Nacional del 12 de octubre.




El PP presenta un curriculo de apoyo sin paliativos a la tensa labor, en condiciones de represión constante, de los diversos grupos opositores al régimen, y, sin embargo, la embajada española se abstuvo de invitar incluso a algunos tan destacados como Elizardo Sanchez Santacruz, lider del Comité pro-Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, galardonado con el premio Joaquín Chamorro, de la Sociedad Interamericana de Prensa , y con el premio Internacional a los Derechos Humanos de la República de Francia.





Durante el juicio, como ocurre en todos y cada uno de los que tienen lugar en Cuba, fiscal y defensa mantuvieron una armonía inviable en cualquier otro país, me refiero a los que tienen por sistema la democracia. Se dio por probado todo lo que la policía presentó como sobre el "exceso de velocidad" de Carromero y a nadie se le ocurrió cuestionar las fotos en las que el coche aparecía con un visible golpe a la altura del parachoques, incongruente con toda la escena.





Tampoco fue objeto de sospecha que un diligente ciudadano pasara por  casualidad por un descampado, que hasta de día visitan poco los lugareños, cercano a una carretera sin protección, llena de baches y rajaduras, sin señalización alguna, y que el buen hombre tuviera la suerte de ver la colisión cuando tenía lugar y llamara a la policía, que llegó con la velocidad propia de quienes esperan una llamada importante.




Cuando García-Margallo pidió a su colega cubano que le echara una mano con el tema, lo hizo con la seguridad de que en un país como Cuba las autoridades mandan hasta en los tribunales. La propia advertencia del ministerio de Exteriores de que podría repatriarse a Carromero cuando hubiera sentencia firme "siempre que los familiares no apelaran", nos da la medida del tipo de situación a la que se enfrentan los que caen en desgracia en la isla.





Atrapado en un país en el que las leyes obedecen a los intereses del régimen, es más que probable que la propia embajada de España le advirtiera sobre el tono de sus declaraciones para no comprometer las gestiones desde Madrid. De ahí el desmentido y las declaraciones de su compañero Modig al decir públicamente -algo que solo le correspondía alegar en el acta del accidente- de que estaba "dormido" y "no había visto nada"
.




Después de eso le dejaron ir, porque incluso, como testigo de los hechos, ya no resultaba necesario ni a la fiscalía ni a la defensa, a pesar de que Granma decía que había estado involucrado en actividades subversivas,  junto a Carromero, por las que podrían haber sido juzgados, según la tipificación del código penal, como delitos graves contra la Seguridad del Estado. Pero de eso no se ha vuelto a hablar y no porque no pudieran fabricarse pruebas para llevar a ambos a los tribunales, sino porque no convenía a lo pactado con los españoles.





En otras circunstancias, hay que decirlo, Carromero la habría pasado mucho peor y su colega Modig también, a pesar de las buenas relaciones del régimen con las autoridades suecas, que no tuvieron que mover un dedo en esta ocasión para recobrar a su cachorro.





Alguien que no haya vivido en Cuba, ni conozca los métodos policiales para que una declaración encaje con las actas, podría creer el desmentido del joven español sobre lo ocurrido en aquella carretera. Porque de lo que hablamos es de la justicia cubana; hablamos de un régimen que constituye un universo paralelo posado en el Mar Caribe; hablamos de falta de garantías procesales en casos políticos o que le puedan dar una rentabilidad política como es este el caso; hablamos de un gobierno que una y otra vez ha sido señalado con el dedo acusador por la Comisión de Derechos Humanos de la ONU por violar las normas más elementales de respeto al individuo, a la libertad de expresión y de asociación.





Hablamos de un país en que los presos demasiado molestos son encerrados en celdas oscuras, en las que están impedidos de ponerse de pie y hacen una comida al día en escudillas planas, que les hacen llegar a través de una rendija por la que apenas pueden mirar el corredor de la cárcel, para así doblegar la voluntad de sus rehenes o para llevarlos a la muerte por falta de medicinas y comida adecuada.





¿Qué me dicen? ¿Creemos de verdad que este juicio se ha desarrollado con todas las pruebas a la vista, garantizando al acusado todos sus derechos y a su defensa el de disentir de lo aportado por las autoridades? ¿De verdad alguien creyó que lo absolverían, aún cuando las familias de las víctimas no presentaran cargos?  Elizardo Sanchez lo creyó y también los Payá, y yo preguntó ¿son ilusos o es que a pesar de no haber pruebas y contra los que algunos esperaban, le han pasado la cuenta, inflando lo del accidente, porque no  parecía oportuno hacerlo por los delitos enunciados por Granma?. Al menos así, las "gradas" conocerían la versión oficial de los hechos dado que el juicio hacía tiempo estaba visto para sentencia.




La prensa española ha destacado la "satisfacción" con la que se ha acogido la reducción de pena implícita en la sentencia, lo que abre las puertas a que Carromero regrese pronto a España. Me alegro por su familia, la verdad, y por él, que debe haber pasado momentos de puro terror en los pabellones carcelarios.




Pero este caso nos aboca a la estrategia futura del PP en cuanto a continuar con su apoyo a la disidencia cubana. Esa política de denuncia de la violación de los derechos humanos por el régimen de los hermanos Castro parece haber entrado en frenada libre.

Enlazar con: http://lasnoticiasdemirta.blogspot.com.es/2012/08/cuba-un-joven-en-las-garras-de-los.html

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