Datos personales

lunes, 15 de octubre de 2012

Religión: nuevas evidencias sobre la vida de Jesús (Tercera Parte)

Jesús resucitado ante la Magdalena, según Tiziano




 
Por Mirta Balea




En la era moderna, resulta cada vez más difícil ser religioso al modo convencional porque estamos participando de un tiempo histórico de polarización social. La lectura literal de la Biblia se percibe más ahora que en épocas anteriores por el surgimiento del conocimiento racional. Antes de que ciencia y tecnología aparecieran en el mundo, los creyentes disfrutaban de las alegorías, símbolos y esoterismo de sus textos sagrados, sin plantearse mayores dudas.




Tanto los manuscritos del Mar Muerto (1947), como los pergaminos de Naj Hammadi (1945), descubiertos por azar en ambos casos, nos han dado a conocer un arsenal de textos gnósticos en los que el Jesús que nos presentan es muy diferente al publicitado por la Iglesia católica romana. Estos hallazgos, datados en la época en que vivió este rabino, muestran a unos cristianos en desacuerdo con las ideas impuestas por Pablo de Tarso, consolidadas en los siglos II y III, tiempo en que circulaban a la vez los escritos apócrifos, convenientemente apartados del canon.




Pablo no conoció a Jesús, así que en sus escritos solo habla de sí mismo, con un enfoque teológico opuesto al de Santiago, hermano del Maestro, quien deseaba mantener la ley judía. Al primero, en cambio, la Norma le tenía sin cuidado. Ireneo coadyuvó en la tarea de consolidar las ideas paulinas al establecer la ortodoxia, dejando en claro que los evangelios a tomar en cuenta eran los canónicos, identificando a Jesús como Dios, tanto Hijo como Creador eterno, y a la Iglesia como portadora de "la medida de su interés, naturaleza y verdades universales".




A la Magdalena, que tiene su propio Evangelio, se la reconoce por sí misma en los textos canónicos y la vemos como testigo excepcional de los más grandes y enigmáticos momentos de la vida de Jesús: su unción o iniciación, dentro de las tradiciones del Oriente Próximo en que la mujer le daba el rango al hombre o rey con este proceso; en la crucifixión y en la resurrección. Fue a ella a quién el Maestro confió su propia vuelta a la vida porque sus seguidores varones se habían escondido.




La supremacía de fé, el punto de partida del concepto teológico de Pablo, no era en un principio aceptada en las enseñanzas judaicas de la época, sino que provenían del libro de Habacuc ( un texto apócrifo del Antiguo Testamento) a quien se le atribuye la frase: el justo por su felicidad vivirá. Pablo dice algo parecido en la Epístola a los Gálatas cuando observa que la Ley no justifica a nadie ante Dios es cosa evidente, PUES EL JUSTO VIVIRÁ POR LA FE. 




Las mujeres que rodeaban a Jesús -según Lucas- le servían con sus bienes. Un Evangelio apócrifo, el de Felipe, afirma que "eran tres (las mujeres) que siempre andaban con el Señor: su madre María, su hermana y la Magdalena, a la que llamaba su compañera".




Fue en el Concilio de Nicea cuando se sentaron las bases del Jesús de la fé, divulgado en los evangelios canónicos, para después crear el Nuevo Testamento. Elaine Pagels, especialista en estudios gnósticos, señala que "la tendencia a identificar al cristianismo con un único conjunto autorizado de creencias [... ] se asocia con la convicción de que solo la creencia cristiana otorga acceso a Dios".




Uta Ranke-Heinemamn, profesora de Historia de la Religión en la Universidad de Essen, no se anda con chiquitas y dice que "la represión, difamación y demonización de las mujeres en la Historia de la Iglesia católica es el resultado del despotismo masculino, estrecho de miras y enormente arbitrario con el sexo femenino. Y ese despotismo se mantiene ininterrumpidamente hasta hoy".




La visión de los tiempos en el Nuevo Testamento, santificada, censurada y siempre invertida, hace a los creyentes olvidar que el Jesús histórico nació y vivió como judío, por lo tanto no tenía pelo rubio ni ojos azules, sino piel morena y ojos oscuros. Los libros que él y sus discípulos utilizaron eran judíos y hay que agregar que durante los primeros 150 años de la tradición cristiana los textos autorizados eran los del Antiguo Testamento, el llamado libro de la Ley y los profetas.




A los efectos prácticos, crucificar a Jesús y resucitarlo, como había ocurrido antes con los mitos de Osiris, Adonis o Mitra, nacidos también de una virgen, y cambiar el sabbath como día de descanso por el  domingo para complacer al emperador Constantino, adorador del Sol Invictus, ponen fin a la ley judía y abren el camino al Jesús de la fé.




En 1896, cuando se descubrió el códice copto sobre un papiro con cuatro textos nuevos (uno de ellos hallado también en Naj Hammadi), solo se habían visto por la Iglesia egipcia. Entre estos figuraba el Evangelio de María de Magdala o Magdalena, al que Karen King ha dedicado muchos años para ponerlo en orden y traducirlo y darlo a conocer en los foros apropiados.




Los textos de Naj Hammadi han traido un mar de discusiones en torno a la verdadera relación de Jesús y la Magdalena. El Evangelio de Felipe se refiere a ella en estos términos: "la compañera del (Hijo) es María Magdalena. (El Maestro amaba a María) más que (a todos) los discípulos y (a menudo) la besaba (en la boca). El resto de discípulos (se mostraban ofendidos) por esto (y le expresaban su desaprobación)".




En materiales del siglo II, dados a conocer por varios estudiosos y que fueron excluidos por la Iglesia católica romana de las Sagradas Escrituras, se dice que la relación entre ambos era sexual y la consideran la portadora de un conocimiento esotérico del que Jesús la hizo partícipe. Felipe cita de nuevo al Maestro en su Evangelio:




"Cuando un vidente y un ciego están sumidos en la oscuridad nada los diferencia, pero en cuanto se hace la luz, el hombre que ve puede verla y el que está ciego permanece en la oscuridad".




Lo de que Pedro era la piedra sobre la que se construiría la Iglesia de Cristo lo dijo Mateo y con ésto quedó transferido el derecho a los siguientes obispos de Roma. El primero elegido tras la muerte de Pedro fue León I, en el 440, que reclamó la "herencia" de dirigir a toda la cristiandad.



Enlace con: http://lasnoticiasdemirta.blogspot.com.es/2012/10/religion-nuevas-evidencias-sobre-la_12.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario