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domingo, 25 de noviembre de 2012

Israel y Hamas: una nueva tregua

Cadáver de un palestino arrastrado por terroristas de Hamas




Por Mirta Balea




La tregua alcanzada por Israel y la organización terrorista Hamas tras ocho días de conflicto ininterrumpido y cruento con más de 120 víctimas palestinas se vislumbra tan frágil que podría asimilarse a la entrega de las primeras páginas de un manuscrito para poner en marcha un libro, reservando las galeradas a la corrección nocturna y su envío posterior por correo.



Como en un libro, aparecen muchas palabras, pero cada página está sujeta a una corrección posteriores, puede que a varias, antes de quedar listo para la imprenta. Se cuentan los gazapos por docenas y cada parte da su versión como la más relevante y correcta.



En las últimas horas, tras el acuerdo alcanzado el pasado día 21 bajo los auspicios de Egipto, con apoyo directo de Estados Unidos, las acusaciones de ambos lados crecen como setas y eso que se esperaba iniciar un nuevo proceso de diálogo en las 24 horas siguientes.



El portavoz de Hamas, Sami Abu Zuhri, acusó a Israel de provocar la muerte de un joven palestino cuando tan solo intentaba colocar una bandera en la verja fronteriza en el este de la franja de Gaza. Las fotos publicadas por algunos medios de prensa muestran a unos 300 palestinos intentando cruzarla.




La versión israelí es que sus soldados dispararon primero al aire y luego a las piernas de los que amenazaban con cruzar, lo que provocó la muerte de Anwar Abdul Hiadi Qudaih. Otras noticias desde Gaza apuntan a que se trataba de agricultores que volvían a faenar tras declararse la tregua.




La de Hamas constituye la segunda denuncia de violación del cese del fuego. En las primeras horas, 12 misiles impactaron en territorio israelí desde Gaza y poco antes del acuerdo la organización terrorista hizo detonar una bomba en un autobus en Tel Aviv con resultado de 27 heridos, incentivando una nueva oleada de ataques del ejército judio.



Esta tregua no ha resultado un acuerdo firmado, sino una hoja de ruta de intenciones, como lo son la mayoría de las concertadas entre estas dos partes en conflicto. La población judía clamaba por seguir la ofensiva Columna Defensiva para dar una escarmiento a Hamas de una vez y por todas y entrar en la franja, pero el primer ministro Benjamin Netanyahu anuncio el alto al fuego como algo "conveniente para Israel" en estos momentos.




Estados Unidos ha prometido a Israel colaborar en un programa anti-misiles como parte de su apoyo a la defensa del estado judío.




En medio de las conversaciones, un edificio en Rishva Litzon, cerca de Tel Aviv, quedó reducido a escombros por los disparos desde Gaza en represalia por la interceptación de un misil de largo alcance por las fuerzas israelíes que no llegó a dar en el blanco. La operación Columna Defensiva logró destruir durante los ocho días de conflicto parte de los cohetes Frajr-5, entregado a Hamas por el gobierno iraní, que llegan hasta los 75 kilómetros de radio de acción.




Nadie tiene en cuenta en estas treguas su fragilidad implícita y que el problema esencial sería imponer la demilitarización de Gaza y la creación de una zona de seguridad controlada por fuerzas internacionales con la anuencia de los gobiernos involucrados, el de Israel y la Autoridad Nacional Palestina (ANP), a la que Hamas arrebató el control de la franja.




De acuerdo a las claves de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el Consejo de Seguridad está obligado a intervenir en una zona si cae bajo control de cualquier grupo político-militar como Hamás. Pero hacerlo le enfrentaría, entre otros, a Egipto, Siria e Irán y a la propia organización terrorista y su hermana libanesa, Hizbulá y el conflicto tendría entonces proporciones no deseadas.



Kamal Amr, junto a Hillary Clinton





Los términos de la tregua no se han divulgado con claridad, aunque la misma se dio a conocer en conferencia de prensa por el ministro de Asuntos Exteriores de Egipto, Kamal Amr, junto a la secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton. Israel podía haber aceptado abrir algunos pasos fronterizos, como el que tiene con Egipto, relajar los controles de las personas y bienes y ampliar las aguas de pesca para los habitantes de Gaza.




El líder de Hamas, Jaled Mishaal, ha divulgado el cese del fuego como "una derrota táctica... un paso más en el camino de derrotas de Israel". Fuente cercanas a la organización terrorista dan por hecho que aprovechará el "descanso" para rearmarse como lo ha hecho antes en treguas similares.




El gobierno de Netanyahu ha aceptado el alto al fuego como algo termporal, un trampolín hacia una tregua permanente para un período de 15 años, que contemple el cese de los ataques desde Gaza, el establecimiento de una zona de seguridad fronteriza y la finalización del contrabando de armas hacia los terroristas desde países como Sudán, Irán y el propio Sinaí egipcio.



Hamas no ha logrado su reivindicación básica-que es también la de la ANP-: el cese del bloqueo en aguas aledañas a Gaza por Israel, impuesto cuando la organización terrorista se hizo con el poder, y los asesinatos selectivos por parte del ejército judío.




Hasta el último momento han tenido lugar disparos desde ambas partes de la frontera común, con ataques a células militares, por parte de Israel y a los túneles subterráneos por donde circulan las armas hacia Gaza. La población judía sigue sin creerse lo de la tregua porque otras no se han respetado y no desean continuar siendo el objeto del tiro al blanco de los radicales.



La Intifada palestina iniciada en 1987 tuvo su escalada en 1993 a raíz de la expropiación de la franja por Hamas y la creación de las brigadas Ezzeldin al-Qassam, su brazo armado, creadoras de los chalecos bomba por una idea de Llajya Allach, el "ingeniero".



La retirada israelí de Gaza y Cisjordania desde 1993, tras los acuerdos de paz con la Organización para la Liberación de Palestinas (OLP) en Oslo, dio el control de ambos territorios a la naciente ANP, pero supuso también al inicio de los atentados con bomba.




 Los israelíes han venido construyendo desde entonces muros y vallas que los separen de Gaza y Cisjordania, han habilitado controles en los pasos fronterizos para los palestinos obligados a viajar a Israel para trabajar o con otros propósitos lícitos.




 Con la firma de la paz en Oslo, se desató una guerra civil en la franja de Gaza entre Hamas y Fatah, esta última con el mayor peso en la ANP, pero que resultó expulsada de ese territorio con la colaboración de otra organización terrorista, la pro-iraní Yihad Islámica. Ambas ocultan armas y explosivos en colegios y hospitales para convertir a los civiles en víctimas de los ataques israelñies.



Hamas practica el terror contra la propia población palestina y ante los ojos impasibles de la comunidad internacional. La acusación de colaboracionismo con Israel es la más utilizada para quienes estén en desacuerdo con la violencia y la provocación hacia el Estado judía. El pasado día 20, un día antes del acuerdo de tregua, fueron ametrallados seis palestinos a la puerta de sus propias casas y sus cadáveres arrastrados por la ciudad como escarmiento para los disidentes.



Las organizaciones de derechos humanos han denunciado las torturas en las comisarias, la parodia de juicios sin derecho a un abogado defensor y las posteriores sentencias a la horca. Desde 2010, han tenido lugar 17 de estas ejecuciones.



El mundo espera ahora que las negociaciones, que deberían empezar tras la tregua, según las propuestas israelíes y de Estados Unidos, impidan que los de Hamas conviertan el conflicto en una pelea de irlandeses por el licor de contrabando en Chicago.


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