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sábado, 20 de abril de 2013

Venezuela: la ilegitimidad de Maduro

Investido presidente el 19 de abril




Por Mirta Balea



El exsindicalista Nicolás Maduro se ha cobrado una buena pieza: la presidencia de Venezuela. Y aunque su legitimidad está por verse, de momento se ocupa en revisar sus facturas para pasar la cuenta a, entre otros, su opositor en la campaña por la gobernatura: Henrique Capriles, a quien tiene en "capilla ardiente".


No pude evitar pensar que también me hubiera empezado a poner nerviosa si al llegar al colegio electoral el pasado 14 de abril me hubiera encontrado con "chavistas" armados a las puertas, mirando a la gente con mala cara y diciendo que había que votar por Maduro porque quien no lo hiciera era un "traidor" a la patria. Se los cuento porque eso le ocurrió a mi amiga Elvira, profesora venezolana, quien nada más salir del trámite se comunicó conmigo por Skype.


Hay que reconocerle un mérito a Capriles (que ha puesto en solfa los resultados electores favorables a su contrincante) : aunque solo hubiera habido un arbusto en un desierto, él se habría empeñado en comprobar lo que había detrás.


El Consejo Nacional Electoral (CNE) ha accedido a revisar voto a voto los resultados obedeciendo a la petición del bando opositor, pero lo decidió cuando Maduro se hallaba fuera de Venezuela en un conciliábulo del UnaSur en Lima sobre la crisis en Venezuela con los regímenes latinoamericanas afines ideológicamente al Partido Socialista Unificado (PSUV), creado por el falecido Hugo Chávez, y porque previamente, el nuevo mandamás, había expresado su acuerdo con una auditoría de votos.


De otra manera y con el clima de terror paramilitar que vive Venezuela, quien se habría atrevido a cuestionar ningún resultado electoral si Maduro, en un simulacro de acción democrática, no hubiera dicho que podía hacerse. Mi amiga Elvira se sintió una heroína porque a pesar de las amenazas extramuros de los "chavistas" en su colegio electoral votó por Capriles. El decorado lo había visto muchas veces porque desde que el fallecido Chavez asumiera el poder las elecciones han sido siempre tensas en Venezuela.


Ella no es de las que opta por luchar contra lo que ha quedado claro desde el principio: que los partidarios de la "revolución boliviariana" de Chávez intentarán siempre ganar por cualquier medio. Esa es la razón de que no participe en las manifestaciones contra el régimen, pero en cambio se la pase bien cuando un joven interrumpe a Maduro en su discurso de investidura en plena Asamblea Nacional, saltándose toda las normas de seguridad. ¡A saber qué le habrá pasado al pobre!, me dijo durante nuestra videollamada.


El nuevo presidente recibió los símbolos de la jefatura del estado delante de un retrato del procer independentista Simón Bolívar y otro de Chávez en el que aparecían escritas las palabras "hasta la victoria siempre comandante", un lema acuñado por el Ernesto "ché" Guevara en una carta póstuma a su mentor Fidel Castro de quien se dice en los pasillos de la Seguridad del Estado de Cuba que propicio su captura en Bolivia cuando ejercía como jefe guerrillero.


No podía faltar una pantomima póstuma en nombre de las muchas ejecutadas por Chávez en vida y sonó el himno de Venezuela cantado por el fallecido, grabado durante uno de sus actos públicos, cuando martirizaba a la gente paciente con canciones y versos de su propia cosecha.


La ceremonia tuvo lugar con las sillas vacias de 65 diputados, que han preferido esperar al recuento de votos decretado por el CNE por considerar que hasta entonces resulta ilegítima la presidencia de Maduro.

Así tratan en la asamblea a los opositores a Maduro
El nuevo presidente ganó por un ajustado margen de 1,8 puntos (272.000 votos), dejando el resultado del 50,78 %  para él y un 48,95 % para Capriles.


El candidato opositor anunció el mismo domingo 14, día de las urnas, que desconocía tales resultados y exigió un nuevo recuento de votos al CNE. La presidenta del ente Tibisay Lucena aclaró que la decisión de cumplir con la petición atendía a una situación muy particular (probablemente refiriéndose al gran descontento popular manifestado ante los resultados) pero que, "en ningún caso debía ser interpretada como un escrutinio", es decir, que hay confianza en los datos de la votación y lo que se intenta es pasar la mano por el lomo de la oposición y evitar una crisis nacional.


Capriles alertó que el recuento tardará unos días, pero "tenemos que seguir y buscar la verdad", observó para agregar que la verdad, más temprano que tarde, saldrá a flote y tendrá consecuencias., volviendo a responsabilizar a Maduro, que figuraba hasta su investidura como presidente interino en sustitución de Chávez, de los incidentes conocidos por la prensa y divulgados por la red de persecusión a los opositores, a los parlamentarios y de intimidación durante el día de la votación.


Estados Unidos se mostró sorprendido por la rapidez con la que el CNE proclamó a Maduro presidente y ha evitado un reconocimiento de su victoria hasta el recuento de votos pedido por la oposición.  El portavoz del Departamento de Estado Patrick Ventrell dijo que la Casa Blanca sigue considerando necesario resolver las irregularidades del proceso por prudencia, tal y como señalaron también la Organización de Estados Americanos y la Unión Europea.


España ha sido uno de los primeros en reconocer a Maduro como nuevo presidente de Venezuela, lo que no le ha impedido al ministro de Asuntos Exteriores José Manuel García-Margallo considerar que la auditoría de votos decidida por el CNE sería "un paso adelante en la reconciliación y el diálogo nacional".


Una nota oficial de Asuntos Exteriores expresa el deseo del gobierno de España de que, en el marco constitucional, todos los actores políticos actúen con responsabilidad y respeto de las instituciones y reconoce y "respeta" la proclamación de Maduro como presidente electo una vez que se han cumplido "los trámites constitucionales y legales internos".


Esta declaración tuvo lugar después que Maduro llamara a consultas al embajador español en Caracas Bernardo Alvarez por unas declaraciones de García-Margallo en las que abogada por el recuento de votos -que ha decidido el CNE-, por el acuerdo y el diálogo con la oposición, puesto que el resultado certificaba una "polarización muy fuerte" de la voluntad popular.


Maduro expresó ante las cámaras de la televisión pública su alegría por la postura de España al reconocer la legitimidad de su cargo. ¡Excelente-dijo- nuestro saludo al rey, al gobierno de España y al pueblo español; respeto mutuo; respeten para que los respetemos; respetémonos mutuamente", después que haber amenazado al embajador Alvarez con tomat medidas ejemplares en todos los órdenes, incluido el económico, si García-Margallo no rectificaba.



Diputados de la oposición venezolana denunciaron dos días antes de la investidura que el presidente del parlamento Diosdado Cabello había destituido, haciendo uso de sus prerrogativas y de forma fulminante, a tres legisladores opositores, a la cabeza de las Comisiones de Ambiente; Ciencia, Tecnología e Innovación; y Cultura y Recreación, para sustituirlos por "chavistas".


La ley que otorga a Diosdado tales poderes fue concebida y aprobada por los "chavistas" con mayoría parlamentaria en época de Hugo Chávez. La diputada Dinorah Figuera, del partido Primero Justicia, al que pertenece Capriles, ha recordado que como paso previo al acoso y derribo de los parlamentarios contrarios al PSUV el presidente de la Asamblea había negado la palabra a aquellos diputados que se negaran a reconocer la legitimidad de Maduro.


Partidarios de Capriles en campaña
España, ante una situación que de momento no parece dar la razón a los resultados electorales y que rodea a Maduro de un halo de ilegitimidad, cambió al príncipe de Asturias Felipe de Borbón por el presidente del Congreso Jesús Posadas como representante del Gobierno al acto de investidura del nuevo presidente.


El príncipe ha sido el encargado en los últimos años de representar a España en las tomas de posesión de los mandatarios latinoamericanos y había asistido en Caracas, el pasado día 8, a los funerales de Chávez.

El líder de la oposición venezolana ha asegurado que las irregularidades en las elecciones presidenciales del pasado domingo podrían afectar al menos a un millón de votos, con lo que no queda tan clara la legitimidad de Maduro. De constatarse este supuesto, los comicios podrían repetirse en algunas regiones o en su totalidad.

Capriles señaló que el día de las urnas se registraron denuncias por el daño a 535 máquinas de votación, lo que afectaba a unos 189,982 votantes. Los testigos de la oposición en la mesa de los colegios electores fueron "retirados a la fuerza" e incluso bajo amenaza armada de al menos 283 centros donde habrían votado 722,983 personas.

El candidato a la presidencia se preguntaba retóricamente ¿qué puede pasar cuando no hay testigos? y respondía que no se puede comprobar si alguien vota dos veces. Unas 600,000 personas figuran en el registro electoral a pesar de haber fallecido y otras, que sufragaron, tienen más de 100 años de edad.

Una de las denuncias relata que  en mil 176 colegios Maduró habría superado los votos alcanzados el pasado 7 de octubre en esas circunscripciones por su antecesor y mentor Hugo Chávez, quien se enfrentó también a Capriles y ganando con el 55,5% de los votos, en tanto su oponente alcanzó un 44.39%. La oposición no puso en duda estas cifras y nadie podría creerse en Venezuela o fuera del país que el exsindicalista pueda superar al precursor de la "revolución bolivariana" ni siquiera en las estadísticas para cualquier cargo.

El gobierno lo tiene todo a su favor en cualquier campaña electoral y Maduro, por orden de Chávez, ha sido su sutituto desde el pasado 10 de enero. El exsindicalista no se vale de la policía para sus bravuconadas, sino que tiene grupos paramilitares armados, que agreden a los manifestantes y amenazan a los votantes a la entrada de los colegios.


Aparte hay que considerar el dinero de que dispone para hacer su camapaña, un millón de dólares, según fuentes oficiosas. Capriles, desde luego, no podría soñar con tanto, ni tampoco controla las instituciones ni los medios de prensa oficiales, que le han impedido desarrollar su discurso antes las cámaras y le han obligado a utilizar un método a la vieja usanza, el boca a boca y la participación personal en convocatorias agotadoras.

Capriles ha pedido a sus seguidores paciencia, porque Maduro seguirá como presidente hasta que se resuelva la auditoría, en marcha en 12.000 cajas a un ritmo de 400 por día. Una historia por capítulos, ha dicho, para insuflarles esperanzas, pero a mi me da que es el cuento de la buena pipa, interminable, sin vuelta atrás y, desde luego, no traerá paz ni reconciliación nacional.


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